Nuevo concepto de floristería, Laboratorio de flores
En este proyecto de interiorismo, nuestro objetivo fue crear un espacio que no solo destacara la belleza de las flores, sino que ofreciera a los usuarios una experiencia sensorial única, sumergiéndolos en lo que podría definirse como un laboratorio de flores. La floristería se convierte así en un entorno donde la arquitectura y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía, invitando a los visitantes a descubrir la intrincada belleza de cada flor en un escenario diseñado para realzar sus cualidades únicas.
El espacio se caracteriza por una atmósfera fría y minimalista, donde los metales y los tonos neutros como el blanco y los grises dominan el entorno. Esta elección cromática y material tiene un propósito claro: resaltar la belleza intrínseca de cada flor, permitiendo que su color, forma y textura se conviertan en los verdaderos protagonistas. Cada flor se presenta como una obra de arte, cuyo diseño natural es exaltado por el contraste con el entorno que la rodea.
Diseño de interiores residencial
Fotografías: Paloma Pacheco
Valencia, España
2020
La idea central del proyecto se basa en la creencia de que cada flor, con su morfología y tipología únicas, posee una arquitectura propia que debe ser descubierta y celebrada. Este concepto se materializa en composiciones florales únicas que buscan no solo decorar el espacio, sino también contar una historia, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de vivir una experiencia estética y emocional profunda al interactuar con el espacio.
El diseño del suelo cerámico de Porcelanosa añade un toque de sofisticación, mientras que las paredes, revestidas con planchas metálicas de acero, refuerzan el concepto de laboratorio, creando un entorno que, aunque frío, potencia la percepción de la delicadeza y la vivacidad de las flores. Esta elección de materiales permite que la naturaleza brille en su máxima expresión, cada flor se destaca, y el espacio en su conjunto se convierte en una galería de belleza natural.
La iluminación juega un papel crucial en este diseño. Con una sutil pero estratégica disposición, las luces se han colocado de manera que el espacio mantenga una calidez acogedora, a pesar de los materiales fríos y la paleta de colores. La iluminación suficiente, pero suave, proporciona el ambiente adecuado para que los visitantes se sientan cómodos, pero también fascinados por la simplicidad y la elegancia del entorno, logrando que la experiencia dentro de esta floristería sea realmente inolvidable.
Este proyecto de interiorismo ha logrado transformar una simple floristería en un laboratorio de flores, un espacio donde cada elemento está diseñado para celebrar la arquitectura natural de las flores y ofrecer a los usuarios una experiencia única. Aquí, la simplicidad y la sofisticación se encuentran para crear un entorno que es tanto un refugio para la naturaleza como una obra de arte en sí misma.
